23 septiembre 2011

Murrinas en masa flexible (porcelana fría)

Ya hice mis primeras murrinas en masa flexible, la idea es hacer cuentas de collar, elegí tonos neutros. Todos los tutoriales de murrinas que encontré en youtube explicaban la realización en fimo, el cual es un material diferente; en esos tutoriales observé que el fimo es un poco más fácil de trabajar que la masa flexible (al menos esa fue la impresión que me dejaron los videos) ya que es un poco más duro y menos pegajoso.
Aquí dejo un ejemplo de un tutorial de murrina en fimo, para que se hagan una idea. No son cuentas de collar, pero quiero mostrar la facilidad con que se trabaja el fimo.
Lo más difícil fue extender la masa, como dije en el post pasado, no tengo rodillo y uso el cilindro de un aerosol que aunque funciona perfectamente, no es lo mismo que los laminadores que usan en los tutoriales. Al principio era un desastre: la masa se quedaba pegada de la superficie o del rodillo improvisado; la solución que encontré para esto fue untar tanto la superficie de trabajo como el rodillo con aceite para bebés, funcionó perfectamente. Asumo que esos laminadores (que son como rodillos mecánicos) solo funcionan con el fimo ya que éste no se pega, en cambio la masa flexible creo que no se puede trabajar con estas laminadoras, ya que se quedaría pegada de todas partes.
Una vez que logre extender la masa procedí a armar los cilindros.
En los tutoriales con fimo, se observa que realizan los cortes en el cilindro y quedan perfectos, observándose inmediatamente el diseño de la murrina… en mi caso fue un fracaso: quedó una cosa amorfa, horrenda y marmoleada… fue realmente frustrante, lo peor de todo es que no tengo horno y no puedo pensar por ahora en el fimo.
En alguna parte había leído que la masa se endurece al estar un rato en la nevera, entonces metí el cilindro en el congelador por 20 minutos. Al sacarlo estaba bastante duro y los cortes salían mucho mejor, aunque no perfectamente. Al estar un rato fuera de la nevera el cilindro volvía a ponerse blando. Volví a meter lo que me quedaba del cilindro en el congelador por más de media hora, hasta que estuvo duro como una piedra. Fue difícil cortarlo, pero los cortes ya salieron casi perfectos, se podía apreciar el diseño de la murrina.
Las murrinas una vez cortadas se ablandaban, en ese momento las perforé con un palillo para hacer las "cuentas" del collar y se me ocurrió seleccionar las de “peor calidad” es decir, aquellas que corté cuando el cilindro estaba más blando y el diseño quedó un poco corrido, y las aplasté (usando por su puesto aceite para bebés) obteniendo unas placas redondas (como monedas) de mayor diámetro que el resto de las murrinas, pero conservando el mismo diseño.

Sobre la base de esta experiencia, y según el principio de ensayo y error he concluido:
- Para que la masa no se pegue de la mesa, el rodillo o los instrumentos, hay que untar todo esto con aceite para bebés.
- Para que se conserve el diseño de la murrina una vez cortada, es necesario meter el cilindro en el congelador (por más de media hora o hasta que el cilindro esté completamente duro).
- Una vez cortadas, las murrinas se pueden aplastar para obtener medallones de mayor diámetro que el resto.

No quedan tan perfectas como las murrinas en fimo, es otro material, pero si se puede hacer. Quedan con un aspecto un poco mas "rústico", por decirlo de alguna manera. La próxima vez grabaré un tutorial en video.

No hay comentarios: